¡Qué desperdicio de talento!
Hace unos días el físico Diego Martínez Santos recibió dos
noticias; la primera fue inesperada, le dieron el premio al mejor físico joven
de toda Europa. La segunda, que su beca Ramón y Cajal pedida en España había
sido rechazada y que, según ponía en la carta, resultaba "mediocre para el
sistema de ciencia español".
"El rechazo de la beca no es tan sorprendente. Hay
pocas plazas y normalmente se otorgan a investigadores con más edad",
asegura el investigador. "Lo que sí es sorprendente es lo que escriben en
el informe. Dicen que mis resultados están por debajo del nivel medio
internacional que se requiere para mi edad y que me falta liderazgo internacional",
cuenta perplejo.
Aunque el premio no es mucho dinero, Diego Martinez pude
conseguir grandes trabajos, que, en España, a pesar de su gran currículo le
serían imposibles de conseguir, ¿Debido a su mediocridad? No lo creo.
Pero la decisión de dejar fuera al físico español aún puede
ser revocada. "Aún estamos en periodo de alegaciones y es posible reclamar
el proceso de evaluación", asegura una fuente de la Secretaría de Estado
de Investigación, Desarrollo e Innovación, pero sin admitir su error.
Hace unos años otra
beca española fue rechazada a Nuria Martí quién se vio obligada a viajar a
Estados Unidos donde sí que recibió la beca que necesitaba y donde trabajó en
uno de los proyectos con mayor futuro.
Ahora, ha tenido el honor de ser la cuarta firmante de un
gran avance científico, pero según España no era lo suficientemente buena para
recibir una beca, ¿no?
Lo que esta claro, es que muchos científicos españoles con
un gran futuro la única salida que ven es la frontera. España forma a
estudiantes con gran capacidad pero no invierte lo suficiente en ciencia e
investigación para poder ayudarles a seguir adelante. Por eso, mientras el
estado sigue recortando en educación, que es lo único que podría beneficiarnos,
España pierde un gran talento.